Baghira

El Lunes en la mañana no llego Baghira a desayunar. Era una de nuestros 7 gatos, negra como la noche con ojos amarillos como faroles. Quien conozca "El libro de la Jungla" de Rudyard Kippling sabe a quien me refiero.
La noche anterior subio con nosotros a la recamara, tomo su leche y pidio salir, como siempre. De ahi desaparecio.
El Lunes la buscamos por todos lados imaginables, la llame desde nuestro jardin hasta la calle de enfrene, pero solo habia silencio. En la noche, a la hora de cenar, no aparecia.
Yo tenia visiones aterradoras de la gatita magullada, herida, escondida en algun lugar, sin encontrar el camino de regreso.
El Martes en la mañana seguia desaparecida y la di por muerta, solo deseando que hubiera sido una muerte rapida.
A mediodia de repente me llama mi hijo, que desde el cuarto de la computadora - justo donde estoy sentada ahora - oyeron un debil "miau". Si lo oyeron desde este cuarto, debia de venir de la calle.
Sali corriendo y me acerque a la esquina de nuestra casa, llamandola suavemente y escuchando. ¡Y ahi estaba "miu" quedito, casi inaudible. ¡Baghira!! "Miu" me contesto.
Entonces la vi sobre el muro del pasillo que da a la calle, por dentro de la alambrada.

Baje rapidamente al jardincito que se encuentra entre nuestra casa y la calle y me di cuenta de su predicamento. Estaba atorada en una estrecha parte del muro, flanqueada por dos postes que le impedian pasar por lo largo hasta un lugar donde pudiera bajar.
La llame y anime a bajar, trato de descender por la pared sujetandose de ramas y raices, pero estas estaban secas y empezaron a deshacerse, por lo que con un esfuerzo desesperado se echo para atras No hubo otra solucion mas que traer la escalera alta y subir por ella. Primero trato de hacerlo Kenia, pero la gata no la conocia lo suficiente como para dejarse tocar. No me quedo otra cosa que treparme por la escalera muy empinada, tuve miedo que se me vendria encima, agarrandome del tronco de la bungambilia, hasta estar a la altura de la gatita.
Ella me vio y vino corriendo, la pude sujetar del cogote y bajarla a medias, pero se chispo y empezo a trepar otra vez. Raspandome en los pinchos de la bugambilia la volvi a pescar, la aleje del muro y se la deje caer a Kenia quien la recibio en sus brazos, aunque de ahi salto inmediatmente al piso.
Ya baje como pude y al abrir la puerta hacia el comedor, por un pelo se nos vuelve a escapar, porque nos recibieron los perros y gatos en tropel y ella se dio vuelta y salio disparada. ¡Para que tienen gatos colas? Te dire, para pescarlos! Eso hize, justo cuando pasaba junto a mi la alcance de la cola y la detuve, a pesar de sus fuertes protestas. Ya la alze a mis brazos y ahi, sintiendose segura, se dejo introducir a la cocina, donde comio un rico plato de pollo. Despues salio y dio una vuelta completa por toda la casa, inspeccionando cada rincon, enterandose de las ultimas novedades.
Y todo mundo feliz.!