martes, junio 27, 2006

Ecos de mi vida



Estoy releyendo mis diarios desde cuando llegamos a Mexico.
El viaje de Hamburgo a Veracruz nos tomo seis semanas. Lo percibo como un parentesis entre mi vida en Alemania y la de Mexico.
Fue tan absolutamente diferente a lo que habiamos vivido, que parecia algo fuera de este mundo. Esto desde luego era muy saludable para nuestro fuero interno, ya que no nos dejaba tiempo de extrañar y añorar lo que habiamos dejado atras. Porque era para siempre, ibamos hacia una nueva patria, una nueva vida, y no habia vuelta para atras.
Nada de esto me preocupaba, absorta en experimentar la libertad al fin, como un pajaro escapado de su jaula. Ni siquiera como un prisionero escapado de su prision, porque este siempre temia ser devuelto a ella. Nosotos no, definitivamente, terminantemente, habiamos dejado atras la jaula y levantamos el vuelo con alas un poco entumidas por falta de uso, pero pronto aprendimos a manejarlas a nuestro antojo.
Nuestro barco era un carguero pequeño, el primero en salir de un puerto aleman despues de la guerra. Era el año 1953, y teniamos 19 años, mi hermana gemela y yo. Habia habido tantos retrazos, tantos cambios de planes, tantas paradas en seco y arranques en falso, que ya dudabamos que algun dia llegaramos a salir de Alemania. Pasamos por la ultima prueba al entrar en la que se dio por llamar "la tormenta del siglo" que devasto las costas de Holanda y Dinamarca Fueron dias y noches aterradores, pareciamos una cascara de nuez con la que jugaban las furias del mar. Cuando al fin se calmo no quedaba nada de la costa, del canal, de las boyas, del barco faro y tuvimos que esperar tres dias para poder entrar a Amberes. Ahi desembarcamos al pobre tercer oficial, quien fue arrollado por un auto al bajar a las bodegas para ver que pasaba ahi. Todos los VW. que traiamos para Cuba estaban hechos chatarra! Pero no los quisieron recibir en Amberes y tuvimos que llevarnoslos hasta La Habana.
Pronto habiamos entablado amistad con el contramaestre, el capitan y el primer oficial y el barco era nuestro. Trabajabamos junto con los marineros, pintando las puertas, atando cabos, haciendo guardia en la noche, nos enseñaron a leer el astrolabio y fijar el rumbo por las estrellas. Vivimos un cuento de hadas, con peces que volaban sobre las olas y a veces aterrizaban sobre la cubierta, donde los agarramos para devolverlos al mar, con puestas de sol sicodelicas que teñian el mar desde el oro fundido hasta rojo sangre, con sombras negras y azul marino, de noches estrelladas, observando a la luna bailando al rededor del mastil. Tanto se habia acostumbrado nuestro sistema al meneo del barco que ya no lo percibiamos, para nosotros el mastil estaba inmovil y la luna daba vueltas alrededor de el.
Habia solo 12 pasajeros y todos eran "viejas" segun nosotras. Aunque Esperanza tenia solo un año mas que yo, formaba parte de las "viejas" porque estaba comprometida y no se prestaba a jugar al marinero, desde luego que no!
Ya se que estan pensando todas estas cabecitas cochambrosas, pero no, fijense, aunque no lo crean. Lo nuestro era una amistad y camaraderia pura como ni se la pueden imaginar .
Cuando llegamos a Cuba nos toco el final del Carnaval. Ah que fabuloso fue ver el desfile, los bailes en las calles, la musica, el jolgorio!! En La Habana probe mi primer "Cuba Libre" en el Bar de Fritz, fume cigarros cubanos terriblemente fuertes, aprendi a comer piña a mordidas - ¡que delicia! y que "Mani" era cacahuate.
La llegada a Veracruz fue un anticlimax. Nos recibio con un Norte, estaba lloviendo, gris, frio. ¿Como puede hacer frio en Veracruz? Ademas no pudimos bajar porque nuestra visa habia expirada en Cuba. Como se pueden imaginar yo no tenia ninguna prisa en dejar el barco. Por mi me hubiera regresado con el a Alemania. Pero llego un pariente del primo de nuestra madre y nos saco del apuro. Y ahi se acabo este prentesis, este ensueño entre realidad y realidad.

3 Comments:

At 3:19 a.m., Blogger Don Garbanaldo said...

¡Que bonita historia viejecita!
Ya alguna vez la habias contado, pero no con tanto detalle.

¡Que bueno que al final si te viniste!
Jejejeje.

 
At 11:43 a.m., Anonymous Anónimo said...

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